La muertecita es un cortometraje realizado en el año 2013 ganador de la beca INI (Imaginando Nuestra Imagen) del Ministerio de Cultura de Medellín. En esta producción realicé guion en compañía de Liz Acevedo y María Ochoa, integrantes de la Corporación Pasolini de Medellín, y me desempeñe en la dirección artística por primera vez.

La experiencia del cortometraje El hilo fue fundamental para aventurarme a la dirección artística de este corto. En El hilo tuve un primer acercamiento a los conceptos básicos de la dirección de arte como: teoría del color, caracterización de los personajes, utilería, ambientación, escenografía, diseño de vestuario, maquillaje, peinado, iluminación, entre otros elementos necesarios para el desarrollo de una propuesta artística; ahora era el momento para profundizar más en estos conceptos y comenzar a aprender mientras hacia la dirección artística del cortometraje La muertecita.

Lo primero en una producción audiovisual es partir del guion, en este caso concreto también formé parte de la escritura del guion lo que me ayudo enormemente al desarrollo artístico, ya que sabía de primera mano las intenciones y sentimientos de cada una de las escenas.

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¿Por dónde empecé?

Concepto escrito del cortometraje La muertecita

Título: La Muertecita

Duración aproximada: 12 min

Escrito por: Liz Acevedo

Sinopsis: A los 70 años de edad, Olga, pasará su primera noche sola tras la muerte de su esposo. El fantasma de su muerto llegará para recordarle los días en los que su existencia estaba anclada a la de ese otro. Lágrimas, rabia y libertad, son sentimientos que la habitan esta noche, la noche de su pequeña muerte.

Olga está sentada en el funeral de su esposo. La gente se le acerca dándole sus condolencias. Ella está tranquila, no extrañará a ese desconocido que yace en el cementerio y cuya foto está adornada de veladoras y flores blancas. Su hija se le acerca y le da una aromática, le pregunta si quiere  quedarse en su casa. Olga dice que quiere estar sola, que prefiere quedarse allí.  Se miran como si ocultarán algo. Minutos más tarde Olga despide a la última persona, le agradece por su compañía, cierra la puerta y empieza a recoger los trastos que quedaron; pocillos de tinto, ceniceros, platos sucios con torta, sillas esparcidas. Empieza a organizar mientras de vez en cuando voltea a ver el cuadro de su difunto esposo, en una mesa encuentra una foto de su matrimonio, era joven y bella, inteligente y con un futuro prometedor, deja la foto en la mesa y sigue recogiendo los platos. De repente está frente a la foto de su difunto esposo, ella siente que este la mira, no aparta sus ojos de ella, ella baja la mirada y observa sus manos arrugadas que sostienen un trapo viejo con el cual limpia. Arroja el trapo al rostro de su marido y con frustración grita “Por fin te moriste gran malparido”. Respira fuertemente y no deja de observar el cuadro, empieza a bajar la intensidad de su respiración, seca las lágrimas de sus ojos y sale de la sala. Se dirige a su habitación donde se sienta a un lado de la cama.

Cierra los ojos por unos segundos y escucha como una voz de hombre borracho que le dice “no terminaste de recoger el desorden”, abre los ojos y está sola en la habitación. Mira al otro lado de la cama, está vacío, en el nochero hay unas viejas gafas, un libro, un reloj, y fotos de su nieto. Mira su nochero y hay otro libro, unas gafas aún más viejas y las fotos de su nieta. Olga se recuesta, ya está más tranquila. Mira una vez más las gafas y luego su viejo armario. Se levanta estrepitosamente y con paso acelerado camina hacia él. De la parte de arriba del armario saca una vieja caja, allí hay telas de múltiples colores, collares, maquillaje, medias veladas. Emocionada saca las cosas y las empieza a regar en su cama. Se mide un hermoso vestido de color rojo y pegado al cuerpo, se pone lencería fina, escucha un tango y comienza a bailar mientras maquilla su rostro en el tocador, de vez en cuando mira las gafas que hay en el nochero y vuelve al tocador. “Pareces un puta barata” escucha, voltea y allí está su marido más joven. Ella se vuelve joven también. Lo mira y le dice, “quien te mandó a enamorarte de mi hijueputa”. Él se queda callado y rápidamente toma los vestidos y los tira a un lado. Ella guarda silencio. Olga esta vez está realmente sola. Mira a su alrededor y observa la foto de su esposo, levanta la copa y dice “por qué no me tocaste, porque olías a otras mujeres”. Todo está en silencio, se acuesta, se quita sus tacones y de su lado de la cama empieza a tocar sus pechos.  En una esquina ve a su esposo quien la mira fuertemente. Se voltea y dándole la espalda a aquel fantasma que la persiguió toda la vida empieza a masturbarse.

¿Cómo desarrollé el concepto artístico de La muertecita?

El desarrollo de una propuesta artística tiene tantas maneras de hacerse como directores de arte hay, sin embargo, considero que hay unos pasos que son de vital importancia, y que en mi concepto, ningún director artístico debería saltar. Para el desarrollo de la propuesta artística para el cortometraje La muertecita, este fue el método que seguí:

Paso 1: Leer el guion. Como mencionaba en el proyecto El hilo, el guion debe tener varias lecturas antes de comenzar a desarrollar la propuesta artística: una primera lectura general; una segunda lectura para señalar los elementos a tener en cuenta en la dirección artística: vestuario, maquillaje, escenografía, utilería, ambientación, vegetación, tiempo transcurrido, alimentación, entre otros. Una recomendación que sirve mucho para esta segunda lectura es designar un color a cada uno de estos elementos y subrayar en el guion físico, esto nos va a servir mucho a la hora de realizar el desglose, ejemplo: